La informática educativa y el docente
El papel del docente en el contexto de la informática educativa es crucial, ya
que actúa como mediador entre la tecnología y el aprendizaje significativo. La
presencia de tecnologías en el aula no implica una disminución de la labor
docente, sino una transformación de sus funciones, roles y competencias.
Los docentes del siglo XXI deben ser capaces de integrar eficazmente las
herramientas digitales en sus estrategias pedagógicas. Esto implica una
formación continua en competencias digitales, desde el uso básico de software y
hardware hasta la aplicación de metodologías activas apoyadas por TIC, como el
aula invertida, el aprendizaje basado en proyectos y la gamificación.
Según el informe “Education and Technology” del Banco Mundial (2020), los
profesores que utilizan las TIC de manera creativa y pedagógica logran mejorar
el rendimiento académico de sus estudiantes y fomentar una mayor participación
en el aula.
La informática educativa también permite a los docentes evaluar de manera más
efectiva. Con plataformas digitales pueden obtener retroalimentación en tiempo
real, aplicar evaluaciones personalizadas, analizar datos de desempeño y
adaptar sus prácticas de enseñanza.
Además, las TIC facilitan la colaboración entre docentes, mediante redes
profesionales, comunidades de aprendizaje virtuales y acceso a recursos
educativos abiertos. Esto promueve el desarrollo profesional docente y la
innovación educativa.
En definitiva, el docente no es reemplazado por la tecnología, sino potenciado
por ella. Su rol como guía, facilitador, diseñador de experiencias de
aprendizaje y referente ético es más relevante que nunca en un mundo
digitalizado.
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